El Arevalillo, el molino Valencia, los puentes mudéjares

El paseo cultural discurrió a través del sendero que, por la ladera izquierda del río Arevalillo, lleva desde el puente de los Lobos al de Medina. A lo largo de este primer recorrido el grupo de asistentes tomó contacto con los restos de bodegas moriscas que aún se conservan en la ladera derecha del río y con el molino Valencia, conocido en Arévalo como molino “Quemao”. Este molino, de origen medieval, fue rehabilitado a finales del siglo XIX bajo la dirección del ingeniero francés Santiago Bergoñé y desapareció en un pavoroso incendio, según relata el cronista arevalense Marolo Perotas, hacia el primer tercio del pasado siglo XX. La interesante presa que tenía la función de retener el agua para la molienda sigue en pie aunque, lentamente, avanza su progresivo deterioro.

Molino Valencia o molino "Quemao". Patrimonio Histórico Industrial.
Un poco más adelante, río abajo, se alza el puente de los Barros, puente mudéjar de un solo arco apuntado, con triple arquivolta y encuadrado en alfiz.
Puente de los Barros.
Siguiendo la ruta se llega a la zona de las antiguas eras, hoy en muy mal estado debido a obras recientes en los terrenos en que están ubicadas. De frente, al otro lado del río se pueden contemplar los restos de la muralla oeste de Arévalo. En ella alternan los paños antiguos, muy deteriorados por el paso del tiempo, con las actuaciones realizadas en los 1968, 1984 y 2007; estas últimas muestran el muro de hormigón armado semiderruido y que, en apariencia, sigue hundiéndose.
Vista de la muralla oeste.
El puente de Medina, magnífico paradigma de la ingeniería civil de la edad media, sirve de paso para regresar al casco urbano.

Zona de acceso a las bodegas del antiguo barrio de la Morería. Patrimonio Histórico Industrial.
La iglesia de san Miguel, la de san Juan, el palacio de Valdeláguila y por la calle de la antigua “Peña Talaverana” se llega al paseo de Invierno, que en la práctica es la margen derecha del mismo río Arevalillo. Se repiten las vistas, ahora desde este otro lado, de las bodegas moriscas, de los puentes mudéjares y del molino “Quemao”, así como de la extensa alameda del río. 
Molino Valencia, puente de los Barros y acceso a las bodegas.
A través de la calle de los Lobos se regresa de nuevo a la entrada del parque Gómez Pamo, punto de partida de la excursión que ha permitido conocer a los asistentes algunos aspectos importantes de parte del Patrimonio Histórico Industrial de Arévalo, además del Patrimonio Natural, de la Arquitectura y la Historia de esta Ciudad.

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